Matar pueblos, a cañonazos!
2 mayo, 2013Abierto el plazo para presentar proyectos en el marco de Eco-Innovation
17 mayo, 2013La búsqueda de recursos para llevar a cabo cualquier iniciativa se ha convertido en una constante de sociedades como la española.
Hay una fórmula para acercarse a recursos que nos pueden ayudar a desarrollar iniciativas interesantes, de forma muy especial, en lo que tiene que ver con el medio rural. Me refiero a los fondos multilaterales que organismos supranacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Africano, el Banco Asiático o, más cercana, la Unión Europea a través de EuropeAid, gestionan pensando, de forma prioritaria, en la sociedad civil mundial.
Las entidades bancarias han cerrado el grifo, las entidades públicas carecen de recursos, incluso, para abonar los compromisos que en su día establecieron con nosotros y, desde luego, tendríamos que tener un gran proyecto para que financiadores privados se fijasen en nosotros y nos apoyasen.
Nuestro medio rural debe apoyarse en este tipo de recursos para desarrollar proyectos en terceros países que, al mismo tiempo, sirvan de sostenimiento de las iniciativas propias que queremos desarrollar en nuestros territorios. Y no hay que tener miedo. Eso sí, hay que saber hacerlo y disponer de las herramientas adecuadas para formular un proyecto en las mejores condiciones posibles y con los mejores socios del momento.
Y esta reflexión viene al hilo de una serie de informaciones que la Unión Europea ha hecho públicas esta semana, relativas, por ejemplo, a la dotación con unos 35 millones de euros a Marruecos para proyectos de gestión forestal en aquel país. Constantemente, la UE está lanzando este tipo de iniciativas, de forma muy especial, dirigidas a países del Norte de África o como a la UE le gusta llamarlos, del Sur del Mediterráneo. Y son, en su mayor parte, iniciativas de desarrollo territorial, de establecimiento de bases económicas sólidas a partir del aprovechamiento de recursos naturales, del uso y fomento de las energías renovables, del establecimiento de modelos sociales de convivencia democrática… Es decir, no son iniciativas que deban desarrollar grandes multinacionales, sino que se trata de propuestas adecuadas a las capacidades de una sociedad civil que esté organizada, estructurada, asociada y que encima tenga algo que ofrecer y que, lógicamente, esté dispuesta a aprender.
Con este tipo de recursos, la UE pretende financiar nuestro conocimiento y nuestra experiencia y, por ejemplo, en gestión del medio rural y de sus territorios, en España llevamos una cierta ventaja que ahora deberíamos saber aprovechar. Y hay profesionales locales que nos pueden ayudar a hacerlo.
Por lo tanto, hago un llamamiento a mirar hacia fuera, a buscar esas otras vías, a atreverse a dar el salto, aunque de momento sólo sea del Estrecho de Gibraltar, por algo se empieza. Pero es necesario y, para nosotros y nuestro medio rural, será muy beneficioso.