Hoy estoy en Híjar (Teruel) hablando sobre nuevos modelos de desarrollo rural
31 octubre, 2013El valor económico total perdido para siempre con el Prestige, ¿tampoco hace culpable a nadie?
14 noviembre, 2013Más allá de la crisis económica que padecemos y mucho más allá, incluso, de las idas y venidas de líderes europeos en cumbres, reuniones bilaterales, mesas sectoriales y demás… mucho más allá de todo eso se encuentra la crítica situación en la que se encuentra la UE social, económica y políticamente hablando.
Con una población asolada por un vendabal económico que no permite crecer, y eso pasa en la mayoría de las países de la UE, con un descrédito de la clase política general en casi todos los Estados Miembros… parece claro que, o resolvemos la parte económica y, poco a poco, nos vamos haciendo fuertes o el modelo de mercado común basado en la libre competencia, en las puertas abiertas y en el equilibrio territorial va a terminar de tocar fondo. Y es que, si los ciudadanos europeos sólo reciben mazazos desde Bruselas, si nos cuentan que nuestra situación económica es producto de decisiones que se adoptan en Berlín (y este es un mensaje que circula por igual por todos los países UE) y si, además, vemos que día a día la Europa de los 28 es un poco menos influyente e importante en el tráfico comercial y económico mundial… la verdad es que no tenemos demasiados motivos para celebrar nuestra participación en este exclusivo club llamado UE.
Y con el fin de darle la vuelta a la tortilla, las cabezas pensantes en la Unión llevan años intentando, siguiendo con el mismo modelo eso sí, reorientar su discurso y alumbrar nuevos fondos que permitan generar un caldo productivo sostenible que haga a la Europa múltiple más fuerte y a sus ciudadanos, si es posible, más influyentes de lo que son ahora.
Y quizá sea por eso que, a partir del 1 de enero de 2014, eso sí si terminan de tomar la decisión definitiva los parlamentarios europeos, se pondrá en marcha un nuevo instrumento financiero, nuevo como tal aunque en esencia algunos de sus planteamientos ya se recogían en otros precedentes como el CIP, que pretende exclusivamente apoyar económicamente a las pequeñas y medianas empresas. Se trata de COSME, un instrumento que quiere favorecer la competitividad de las PYMES de forma exclusiva. Y esto, sí que es nuevo. Nunca antes había habido en la UE un instrumento de este tipo sólo dedicado a las PYMES. Y es que Europa ya no es competitiva en el mundo. Si pensamos en países como Estados Unidos, por supuesto que lo vemos claro. Pero, si al país norteamericano además le sumamos otros países emergentes, como India, China, Brasil y otros que ya lideran grandes nichos de mercado como Japón o Corea, por ejemplo, lo cierto es que Europa debe replantearse su papel económico en el mundo.
Pues bien, supuestamente, desde las pequeñas pero masivas economías europeas, eso es lo que se pretende. Que sean las PYMES que tiren de la economía que está más cerca de la gente y, con este fin, se van a apoyar proyectos empresariales orientados a cumplir con los objetivos y prioridades de la Estrategia Europea 2020, de forma que la UE se convierta en el motor del coche y no en el carro tirado por una yunta de bueyes, que parece ser ahora. COSME se centrará en favorecer, como digo, el acceso a la financiación, en impulsar la internacionalización de las PYMES europeas y, sobre todo, en apoyar el emprendimiento. ¡A ver si es verdad que lo consigue!
Y algo que también es importante y es que, mientras COSME se pone en marcha, hay un compromiso explícito de la Comisión Europea de hacer cumplir a las autoridades estatales, regionales y locales la Directiva 2011/7/ del Parlamento Europeo y del Consejo, por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales. Y esta medida, si es verdad que se aplica, afectará de lleno a las Admisnitraciones Públicas que se verán obligadas a pagar cuando toca y no cuando quieran evitando así que las PYMES tengan que soportar en sus espaldas la carga de un trabajo hecho y la deuda de una factura impagada.
Vamos a intentar ser optimistas, al menos de momento. Voy a intentar creerme que todo esto servirá para algo y que dentro de siete años, al final de 2020 haremos un balance positivo del instrumento COSME y de las intenciones de la Comisión. Y aunque en mi fuero interno tenga mis serias dudas… o pienso en positivo y me lo creo… o mal veo la situación económica de la UE en una década.