La cara y la cruz del desarrollo rural
11 abril, 2013La experiencia del medio rural puntúa en Europa
16 mayo, 2013No entiendo nada. Hace tiempo que no entiendo nada pero después de conocer el anuncio, la semana pasada, del cierre de la fábrica de Chocolates Hueso en Ateca (Zaragoza) ahora sí… que no entiendo nada.
De momento, 107 trabajadores, con sus respectivas familias, se van a la calle con total impunidad y tras más de siglo y medio de historia de una fábrica que, sin duda, ha articulado el devenir de la villa zaragozana en los casi últimos dos siglos.
Pero cuando digo que no entiendo nada es porque, revisando la reciente historia de Ateca y conociendo más o menos su realidad social y económica, resulta que podríamos decir que los atecanos han hecho desarrollo rural, sin seguramente saberlo, desde hace siglos.
Y es que creo que el modelo de Ateca ha sido un buen ejemplo de desarrollo rural primero y de desarrollo territorial después, que demuestra lo que los pueblos necesitan para ser autónomos e independientes. ¿Y por qué digo esto?
En primer lugar se pone de manifiesto que para que el medio rural crezca y se sostenga por sí mismo es necesario dotarlo de infraestructuras esenciales que articulen su territorio y que lo hagan competitivo.
Ateca fue atravesada durante años por la N-II y hoy tiene acceso fácil a la Autovía de Aragón que la une con Madrid en dos horas, con Zaragoza en tres cuartos de hora y con Barcelona en poco más de tres horas. A catorce kilómetros la estación del AVE de Calatayud permite a sus gentes desplazarse, como ciudadanos de primera. Por lo tanto, a lo mejor es cierto eso de que nuestros pueblos necesitan tener unas infraestructuras dignas, y con esto no pido una estación del AVE en cada municipio, ni mucho menos… pero sí carreteras decentes, bien conectadas o, por ejemplo, acceso competitivo a redes de fibra óptica, cable, internet y demás.
En segundo lugar, Ateca demuestra que un pueblo puede tener industria porque sus gentes lo quieren o porque otros venidos de fuera lo buscan y reciben el apoyo necesario para ello. El ejemplo de Chocolates Hueso ha sido uno, pero en esta localidad han convivido dos fábricas de chocolate durante muchos años, fábricas textiles, aserraderos y empresas de muebles, transportistas con flotas propias… y todo ello conviviendo con el sostenimiento de la agricultura y de los servicios. Ateca tenía vida y era posible que sus gentes se quedasen a vivir allí, aunque tuviesen que salir a estudiar a Calatayud, a Tarazona o a Zaragoza, muchos sabían que si no tenían suerte o si les apetecía podían volver a su pueblo, donde siempre encontrarían un puesto de trabajo.
Ahora esto ya no es así, incluso antes de que los actuales propietarios de la fábrica de chocolate, los británicos de Cadbury-Schweppes, hayan decidido dejar en la calle a 107 familias.
Me gustaría recordar que la Unión Europea, a través del Fondo Europeo Agrícola para el Desarrollo Rural (FEADER), promueve que los países miembros presenten planes estratégicos de desarrollo basados en una serie de ejes.
Destaco el Eje 3 y cito textual su enunciado: Calidad de vida en las zonas rurales y diversificación de la economía rural. ¿Su objetivo? “Diversificación hacia actividades no agrícolas, ayuda a la creación y desarrollo de microempresas, fomento de actividades turísticas, obtención de servicios básicos para la economía y la población rural, renovación y desarrollo de poblaciones rurales, conservación y mejora del patrimonio rural…”
Entonces, si Europa apoya con recursos económicos este tipo de acciones para desarrollar nuestras zonas rurales hacia modelos no exclusivamente agrícolas, ¿por qué razón nos cargamos los modelos que funcionan, incluso, sin esas ayudas europeas? O mejor, ¿por qué no evitamos la deslocalización de nuestro modelos industriales rurales con políticas de protección, y analizamos la trayectoria y la gestión de las empresas que se despreocupan del día a día de sus centros productivos mientras con el rabillo del ojo buscan nuevos emplazamientos con menos costes para reubicarse?
¿Se ha hecho algo por parte de quien corresponda para que 107 familias de Ateca no engrosen las listas del paro? ¿Se ha hecho algo para mostrar el caso de Ateca como un ejemplo de desarrollo rural, por cuanto ha beneficiado a la población local, pero también de desarrollo territorial? En Ateca han trabajado y trabajan gentes que históricamente han llegado desde Calatayud, Terrer, Torrijo de la Cañada, Villalengua, Carenas, Valtorres, Munébrega, Bubierca…
No se puede aceptar que maten nuestro tejido industrial y nuestros pueblos a cañonazos. No sin contraprestaciones y no sin advertir a quien corresponda, posiblemente las autoridades europeas, cómo mientras sus recursos pretenden estructurar y equilibrar los territorios rurales de la UE, los capitales privados y la inacción pública desfalcan empresas, hunden familias, ahogan sueños y provocan el caos en una comunidad, en este caso, rural.
Decía al principio de este artículo que no lo entiendo. Y sigo sin entenderlo.