Siete iniciativas en la Estrategia Europa 2020
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2 mayo, 2013Crecimiento sostenible y estable hay ejemplos para todos los gustos.
En esto del desarrollo rural y del interés por hacer que nuestros pueblos tengan un modelo de crecimiento sostenible y estable hay ejemplos para todos los gustos. No hace mucho leía en la prensa el nefasto ejemplo que ha dado el alcalde de un más bien no muy grande municipio de la provincia de Ávila, Villanueva de Gómez, que ha acabado, de momento, en el juzgado, para responder por su ambicioso y megalómano plan de construir 7.500 viviendas en un pueblo de 144 habitantes talando para ello, nada más y nada menos, que 10.000 pinos. Ahí es nada. La antítesis de la coherencia, la lógica, el equilibrio, la cordura y el bienhacer político y personal. El alcalde, José Martín Llorente, si no se ha sentado ya, está a punto de hacerlo en el banquillo para responder por semejante absurdo y por sus indicios de prevaricación urbanística, entre otras cosas.
Mientras en Villanueva de Gómez se talaban pinos, en la cooperativa de San Pedro del Arroyo se envasaban excelentes quesos, fantásticas cuajadas y requesones.
Me fui a un mapa a ver dónde estaba este pequeño municipio, dado que uno se jacta de conocer más o menos bien la provincia de Ávila pero le falta mucho por aprender y, cuál fue mi sorpresa, cuando comprobé que está en la comarca de La Moraña, donde se han dado algunos proyectos notables para mejorar el medio rural aprovechando los recursos locales.
Y me acordé de San Pedro del Arroyo y de su cooperativa láctea Alta Moraña, un pueblecito situado a una veintena de kilómetros de Villanueva de Gómez. De hecho, la gente de Alta Moraña, si se descuidan, casi son pasto de las excavadoras del proyecto urbanístico, destruyendo masa forestal y territorio.
Pues bien, mientras el alcalde de Villanueva de Gómez se dedicaba a destrozar el medio rural sin escrúpulos aparentes, un grupo de unas siete cooperativas agrarias, unían sus fuerzas para conformar la Cooperativa Alta Moraña, que durante los últimos años ha sido un ejemplo de buenhacer, a pesar de los numerosísimos problemas que la crisis láctea, los piensos y la económica en general, les ha llegado a ocasionar.
Mientras en Villanueva de Gómez se talaban pinos, en la cooperativa de San Pedro del Arroyo se envasaban excelentes quesos, fantásticas cuajadas y requesones, se establecía un plan de empresa para comercializar esos notables productos y se abrían tiendas de delicatesen, por ejemplo, en Ávila y se comercializaban productos rurales en tiendas de Madrid y Palencia.
Dos ejemplos destacables de la cara y la cruz a la hora de ver y entender el medio rural: la rapiña desmedida, por un lado, y la búsqueda de oportunidades desde el rural y para el rural luchando contra los elementos y contra las adversidades. En menos de veinte kilómetros, La Moraña nos deja lo peor y lo mejor de nuestras gentes del campo. Así es muy fácil elegir el lado del que se quiere estar.