Periodistas rurales, emprendedores digitales

Esta semana he asistido a las VI Jornadas de Periodismo Local que, organizadas por la Asociación de Periodistas de Aragón, se han celebrado en Calatayud (Zaragoza) para hablar de «Retos y Oportunidades de la Comunicación Local en el entorno digital». Y me he vuelto con la sensación de que nuestro entorno rural que, más o menos, siempre ha contado con algún medio de comunicación en sus proximidades que contase su día a día, ahora tiene una oportunidad de oro para hablar de sí mismo y potenciar sus recursos fomentando proyectos emprendedores de periodistas que quieran trabajar desde el entorno rural y para el entorno rural.

Creo que es otro pequeño, pero interesante nicho de empleo, para jóvenes habitantes del medio rural, licenciados en Periodismo, en Comunicación o en cualquier rama de las Ciencias de la Información que, además de ejercer su profesión puedan hacerlo en un medio en el que los protagonistas y los hechos están al alcance de la mano. Desde luego, no estoy hablando de nada innovador. Esto se ha hecho siempre pero, de otra forma.

Contar lo que pasa en el medio local es vivir la vida al momento, es fomentar la interrelación de sus habitantes, es propiciar modelos de dinamización social que pueden ayudar al crecimiento colectivo. Y ahora, aprovechando el entorno digital en el que todos nos movemos, es verdad que es muy fácil hacerlo. Antes, no hace tanto, apostar por el periodismo local implicaba montar una pequeña pero costosa infraestructura, por ejemplo de radio, que había que mantener a un precio elevado. Hoy, como dijo Gustavo Bueno (@gustavobravo) de zonaretiro.com, la redacción es la calle, se puede escribir desde cualquier sitio y se puede transmitir con unos medios mínimos como una conexión a internet, un smartphone y un portátil. Y este minimalismo técnico significa que la inversión que hay que realizar para sacar un medio de comunicación a la calle, también es mínima.

Hay otros modelos empresariales de comunicación, que es verdad que no se centran en lo local exclusivamente, que se han abierto a la participación social en el medio como pequeñas contribuciones económicas que, además de ayudar a mantener vivo un medio de comunicación, favorecen la implicación de los lectores en el seguimiento a los contenidos de ese medio. Estoy pensando en modelos como diario.es o infolibre.es, por ejemplo. En el primero, por 60 euros al año ¿quién no se hace socio de esta iniciativa? En el segundo, por ejemplo, se puede ser accionista del medio por 400 euros. Son nuevos medios que están marcando nuevas tendencias, nuevos modelos de empresas de comunicación alejadas de las grandes infraestructuras, hoy caducas, de periódicos impresos y de emisoras insostenibles. Y estos modelos, por qué no, pueden ser perfectamente replicados a pequeña escala en el medio rural. Un medio que no necesita que le cuenten si los Estados Unidos han espionado a una treintena de jefes de Estado europeos o no desde un medio local, para eso están los medios regionales o de ámbito estatal. Pero ese medio rural sí que necesita saber lo que se cuece en el territorio, qué hacen los políticos locales, qué organizan las asociaciones cívicas de la zona, qué incidencias ha habido en las carreteras más próximas, si hay mercado o no en el pueblo de al lado… y necesita que se lo cuenten desde el territorio y con medios ágiles, que entren en casa sin llamar… pero que cuenten y hablen de uno y de la gente que comparte su espacio.

La era digital en la que vivimos es, sin duda, una oportunidad para estos nuevos profesionales del periodismo que, además, valoren el medio rural como una forma de vida y apuesten por el entorno local como fuente de información. Y, sin duda, las comunidades rurales, agrupadas siempre, deberían apostar por fomentar la aparición y el desarrollo de estos medios locales, libres e independientes en beneficio de su territorio y, desde luego, como forma de romper con su propio aislamiento.